miércoles, 23 de septiembre de 2015

Los 15 minutos de la resistencia: La cita con el artista





No. No ando de amores furtivos con algún artista por ahí... Aunque si me escapo de la rutina,enamorada...

Retomo una "semilla" del post anterior. La ya nombrada Julia Cameron propone en "El camino del artista", la "cita con el artista". Sobre ella dice "Al hacer tu cita con el artista, estás recibiendo, abriéndote a la intuición, a la inspiración y a la guía interior.
[...]  Es un espacio de tiempo, unas dos horas por semana, que reservamos y destinamos especialmente  para nutrir nuestra conciencia creativa, nuestro artista interior.En su forma mas primaria, esta cita es una excursión, una cita juguetona, que uno prepara de antemano y defiende contra todo posible intruso"


Mas allá de las escapadas ocacionales a algún café (como escribí en el post anterior)  y luego de pensarlo y repensarlo me decidí a consagrar un ratito en la semana para ésta huída-encuentro.





Entre el trayecto entre uno de los colegios en los que trabajo y mi casa pusieron un kiosco con una mesitas y ofrecen café. Por la tarde el sol se posa generosa y parsimoniosamente en sus ventanales.  Varias veces pasé... Alentada por el libro, porque era la semana previa a vacaciones de invierno, porque era el aniversario de partida de mi abuela amada Elsita y me pareció un dulce y alegre homenaje muy a su estilo... Una tarde helada y soleada de Julio no seguí de largo... y "anidé en el vendaval"(según dice la antropóloga Margaret Mead)


Mucho después caí en la cuenta de la felíz coincidencia: 15 minutos a las 15:00, el 15-7-15.

No en vano Cameron nos habla recurrentememente de los sincronismos...

(Con éste motivo comencé mi ansiado "Cuaderno de artista", mas conocido como "Art journal", pero esa ya será otra entrada...)

Debo llegar a casa en horario para amamantar a Fran y para que su nana pueda irse. Así que los miércoles salgo puntual de la escuela como ningún día. Ese día no se hacen mandados. Pongo rigurosa la alarma del celu para cronometrar 15 minutos...

Nos sentamos mi artista interior, mi libro y yo. 
Este no es un libro cualquiera,  dialoga, te interpela... Le respondo escribiendo en sus márgenes, dibujando... .

Casi casualmente escribo sobre ésto en el día (real) del equinoccio. Día de equilibrio de horas luz y sombra. Buscando equilibrio entre trabajo, maternidad y tiempos interiores. 



Ese café contornea éste espacio sagrado de los miércoles. Momento mágico que cae azarosamente promediando el día, en la mitad de la semana. Mi Ecuador personal. A las tres de la tarde, la hora cristiana de la misericordia. En el día regido por Mercurio (Hermes) según los paganos...
 Dios mensajero entre las deidades y los hombres (¿y que es el arte sino otra cosa que la comunicación entre lo divino y lo terreno...?) . Hábil en el uso de la palabra. De él procede el término hermenéutica para el arte de interpretar los significados ocultos. También hermaion: hallazgo afortunado en griego. Como es éste retazo de tiempo que me tejo.


Tiempo de la resistencia para proteger la interioridad personal... Tal vez no sea tan cierto que son solo quince minutos... El aroma de ese capuccino, en realidad, se bifurca en dos caminos temporales... uno que se va desandando y llega hasta las 5:20 de la mañana cuando suena el despertador y se que tendré ese momento íntimo. Otro, se prolonga durante el resto del día, con su sabor, con su sensación de tibieza y elevación. Son los quince minutos mas fértiles y largos de la historia...




Y si hablé de sincronicidades, aquí va una mas... Como muchas veces, escribo éste post de a retazos, cuando puedo. Así que "al cierre de ésta edición" debo agregar que hoy, llego y la cortina del café estaba casi cerrada. Le hago señas a la chica y me dicen que cerraron...que estaban desarmando el lugar....  No oculté mi desazón y me ofreció un último café (simple porque ya habían vendido la máquina...). Le agradecí enormemente, así podía despedirme... . 
Y aquí va la cadena de sincronicidades... el miércoles pasado había terminado el libro... hoy sería una suerte de epílogo para rumiar: tomar algunas notas, releer, escribir a mano la "Oración del artista" como propone la autora... Fin del libro, se gastó la mina del lápiz con el que subrayo, cerró el local, terminó el invierno... . Mas que apenada, agradecida, me senté, con la persiana baja, a disfrutar de ése épílogo  , mucho mas literal de lo que hubiese imaginado....




¿Y ustedes? Tienen alguna "cita con el artista"?
Felíz equinoccio y último tercio del año!!